Piensas que antes todo era más sencillo,
Que las luces se encendían en tu camino.
Pero una noche oscura trajo el ocaso,
te robaron las llaves y el metatarso.
Y la gente te rehúsa con la mirada,
Sientes como murmullan y como callan.
Están convencidos, no vales nada.
Es que no te enteras, no vales ná.
Están convencidos, no vales nada.
Tu tu tu pa pai.
Tu tu tu pa pai.
Están convencidos, no vales nada.
Porque tu trabajo,
se vino abajo, cerró la mina.
Te sientes herido,
siempre escondido, siempre en cantina.
Siempre en cantina.
Están convencidos, no vales nada.
Es que no te enteras, no vales ná.
Están convencidos, no vales nada.
Tu tu tu pa pai.
Tu tu tu pa pai.
Están convencidos, no vales nada.
Ves la calle que quiere cambiar
tu nombre.
Te repites que aún eres el mismo hombre.
Ya olvidaste que vino la noche oscura,
cada lunes al sol tiene su factura.
Ya no puedes tener reflejo en el agua.
No te hablan en los bares, nadie te llama.
Están convencidos, no vales nada.
Es que no te enteras, no vales ná.
Están convencidos, no vales nada.
Tu tu tu pa pai.
Tu tu tu pa pai.
Están convencidos, no vales nada.
Y las manecillas,
por más que giran paran el tiempo.
Te sientes culpable,
como un amante viejo y secreto.
Viejo y secreto.
Están convencidos, no vales nada.
Es que no te enteras, no vales ná.
Están convencidos, no vales nada
Tu tu tu pa pai.
Tu tu tu pa pai.
Están convencidos, no vales nada.